viernes, 11 de diciembre de 2009

La belleza de la intimidad, ésos momentos de sincronización incluso en la desesperación más absoluta


¡Estás loca!
Lo tuyo no es ni medio normal... ¡y dejá de fumar ya, que llevas así toda la mañana!, y seguramnte toda la noche...
de nada te servirá tirarte de los pelos ahora, haberlo pensado antes... es que tienes esa manía de dejarte llevar sin más, sin pensar. Joder, es que a veces parece que lo haces a posta para estrellarte contra todo una y otra vez. ¿Acaso buscas la autodestrucción? Mejor no me respondas, ya lo se.
No te entiendio, tía, no entiendo cómo una persona inteligente y válida como tú puede perder tanto el control de su propia vida, el control de todo... si no te quisiera tanto...
No me mires así pequeña, deja de llorar, lo vamos a arreglar. Tranquilízate y vuelve a contarme la historia desde el principio; pero esta vez procura detenerte en los detalles, no se nos tiene que pasar nada. Voy a preparar café...

Se oyó el ruido del agua al caer en la bañera, a lo lejos, como en un susurro relajante. Se está limpiando las heridas, pensó, que putada, joder, que putada. Cerró la cafetera, conteniéndose las lágrimas, prendió una cerilla y encendió el fuego. Pronto el olor a café endulzaría el ambiente. El salón tan quieto, en silencio, el sol comenzaba a bañar tímidamente el suelo de la terraza. Las 12 ya, que tarde... no pudo más, lloró. Apareció envuelta en una toalla naranja y secándose el pelo con otra toalla blanca, parecía una visión de otro mundo, un espectro envuelto en color, tan delgada, ojerosa, rendida por el esfuerzo de vivir. Se acercó despacio al cuerpo tembloroso y afable, con una dulce serenidad secó sus lagrimas y se abrazaron. Las dos hermanas reían y lloraban a la vez, abrazándose con ternura, como despidiéndose de algo, de esa vida que ya no sería nunca la misma. Ya no. Silvó la cafetera. Se miraron con los ojos brillantes. Ya voy yo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Con lo poco que he leído y mi humilde opinión sólo puedo decirte: "No dejes nunca olvidadas tus aficiones porque ellas están para ayudarte a solucionar los baches que te encuentres por el camino".

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