viernes, 27 de enero de 2012

Barragán con compresa

Te echo de menos;
siempre, cuando no estás te echo de menos;
en enero, en febrero... en noviembre, en diciembre...
siempre, incluso cuando no quería verte, te echaba de menos.

Supongo que esto debí habértelo dicho en algún momento,
pero cuando intentaba llegar a tí
era taaaaan difícil;
tu figura, toda henchida en su puta prepotencia,
dándome la espalda como si yo fuese un ser insignificante,
me hacía perder las ganas de amarte,
de disfrutar de cuatro miguelitos corriendo a mi alrededor,
de hacerme famosa para mantenerte de pornochacho,
de invitarte a una caña una tarde,
de que vinieras a verme,
de verte,
de estar contigo...
y...
¡pum! se acabó.

Hoy, por fin, he conseguido llorar...
eso sí, no he podido parar, incluso ahora, veinte horas después,
sigo llorosa y anhelando tu sentir y tu voz.

Quisiera hablarte, endulzar tu dolor,
si es que se parece al mío.
Al principio deseaba,
en una ingrata parte de mí,
que sufrieras;
pero en realidad me doy cuenta
de que me atormenta más tu dolor que el mío.

0 comentarios: